sábado, 21 de mayo de 2011

Revolución

Porque al fin hemos demostrado que la unión hace la fuerza, que queremos un cambio, que es mentira que seamos indiferentes a todo lo que pase, y por miles de cosas más.

viernes, 29 de abril de 2011

Retorno (con Eugenio Montale)

Sólo queda un pequeño vaso de helado, un libro, un papel ya medio roto en la cartera, un mapa. La foto de mis pies, el nombre de una plaza, las ventanas intactas. Las palabras escritas en una libreta negra, las ganas de más. Yo.
Y la página 255:

[La speranza di pure rivederti]
La speranza di pure rivederti
m'abbandonava;

e mi chiesi se questo che mi chiude
ogni senso di te, schermo d'immagini,
ha i segni della morte o dal passato
è in esso, ma distorno e fatto labile,
un tuo barbaglio

Eugenio Montale

miércoles, 13 de abril de 2011

Sibyl Vane

Resulta paradógico que El retrato de Dorian Gray recordase a Julieta ayer. Precisamente ayer, cuando Italia ha aparecido de nuevo. Tal vez la casualidad haya querido hacerme ver que el papel de Julieta se ha acabado. O ha trascendido más bien. Ayer empecé a entender que era Sibyl Vane, o quizás empecé a entender que ya lo era antes. Pero sin suicidios finales. Que todos son actores. Hedonistas. Son Dorian Gray, ya después de una fugaz juventud impoluta. Y yo una decena de heroínas trágicas aunadas en Sibyl Vane. Fingidas. Sin conexión con la realidad más que mediante literatura y teatro.
Justo hasta el momento en que deje de asumir como propio un papel que no se corresponde con la verdadera historia. O hasta que el hedonismo propagado por lord Henry deje de hacer efecto.

lunes, 4 de abril de 2011

Perseo

Caminaba calle arriba a las mil y una de la madrugada de un día cualquiera cuando se encontró a Andrómeda sentada en un portal, aún compuesta por el brillo de las pocas estrellas que le quedaban. Pero en su ojo izquierdo Alpheratz comenzaba a extinguirse lentamente, no sabía si por la lluvia o el olvido de su propia existencia. Se paró enfrente, sin decir nada, pensando en las cien mil millones de veces que la había visto tan lejos, que había pensado que sólo eran brillantes luces incorpóreas. Se acordó entonces de una historia interminable en donde lo que cae en el olvido o no se considera real, desaparece. Era por todas aquellas luces artificiales que intentaban hacerle sombra, porque ya nadie recordaba que en otra vida había sido hija de Cefeo y Casiopea, porque si algo no se ve parece que no existe. Por eso se estaba apagando en aquel portal oscuro, sin hacer apenas ruído, imperceptible para quien no sabe ver. Sin pensárselo dos veces, decidió liberarla de los monstruos que la estaban consumiendo, cegando las farolas que había alrededor como si tuviese la cabeza de Medusa entre las manos para matar a decenas de Cetus. El silencio continuaba, pero la luz cada vez era mayor.

jueves, 31 de marzo de 2011

Post mutationem

La vi aquella tarde, apoyada en la barandilla, agarrándose los brazos con fuerza, mientras el viento le movía el pelo y cerraba los ojos. Pude notar cómo intentaba desprenderse de versos ya olvidados cantados por un Catulo que en realidad era un no-me-importa-quién: "Viuamus, mea Lesbia, atque amemus".  Sonreía por no tener que recordar más susurros, ni temer más noes, ni imaginar confesiones inventadas para la ocasión. Creo que me fijé en ella porque en ese momento las dos pensábamos que cuando los sueños se acercan pierden su brillo dorado y se convierten en desencanto. Sabía que habría más, más pasados ideados a medida y el mismo futuro por inventar, otras canciones y poemas, o incluso los mismos, pero ya con un significado completamente diferente.
Por eso, después de un cambio sustancial, sólo se repite: Viuo, ego, Lesbia.

martes, 15 de marzo de 2011

Insomnio

La tónica habitual de sus últimos 46 días. Pero esta vez sin poder distraerlo con fantasías absurdas, con sonrisas de plástico, ni con los restos de la cena fría en la cocina. Sabía que acabaría volviéndose loca, aún sin haber cometido ningún crimen del que sentirse culpable, aunque la sangre caía a chorros por la puerta del congelador. Y, a pesar de todo, la última palabra de cada verso seguía martilleando su cabeza, porque no estaban escritas para nadie más en ese preciso momento. Así que, conciencia limpia en mano y corazón guardado bajo llave en un cajón, se pone los guantes que ha usado tantas veces en tan pocos meses que ya ha perdido la cuenta para dar el primer golpe e intentar dormir al fin con la seguridad de que ahora sí era culpable de algo más que de callar y dejar que todo pase.
...Maldita nieve de este largo enero,
nos cubre el hielo de un silencio aterrador,
mejor lo rompo yo...
Ya empezó el segundo asalto...

jueves, 10 de marzo de 2011

Tic - Tac

Tic...tac, tic...tac, tic...
Noto cómo se desvanece, o cómo no llega.
...tac.
Un nudo en el estómago que se junta con temblores en las piernas, un "sé que puedo" pero no sé si quiero, y la indecisión (¿pero no era incertidumbre?), la nada y el todo. Tic...tac. Doscientas mil palabras por decir y nada de lo que hablar, porque sigo sintiendo como pasan los segundos sin nadá más que hacer. Y el tiempo pasa, y pesa, cada vez más, y el reloj no se calla y no permite ni un mínimo descanso para no tener que seguir dudando de si sólo existe un ahora o es ya un pasado.
No me gusta esperar. Tic...
Pero tampoco puedo pararlo. Tac.

viernes, 25 de febrero de 2011

Películas

Ya no hacen falta todas las cervezas de hace una semana para pensar que cada escena de cada película ocurre en cualquier lugar del mundo en algún momento indeterminado, muchas veces con música de fondo, simples instantáneas sin principio ni final. De hecho, toda esta historia es tan parecida al guión de una película tan típica que podría hacer la suya propia, componiendo la banda sonora canción a canción. En estos momentos suena una de ellas. Y entonces lo único que piensa es que fumarse un cigarro en la ventana mientras los rayos de un sol que parece de primavera le calientan la piel, es lo más parecido al paraíso.

...Turn Me On
Like a flower
Waiting to bloom
Like a lightbulb
In a dark room
I'm just sittin here waiting for you
To come on home and turn me on...

domingo, 20 de febrero de 2011

Escena 7

Junto a la oscuridad y la nada, mientras se retoca el pelo esperando una señal, cree oír palabras salidas de un rincón a miles de kilómetros de distancia. Todas esas palabras que no pudo ver ayer. Lo ha imaginado tantas veces que le parece estar desgastando ideales. Ni siquiera una tarde de policromía románica  es suficiente para convencerla de que nada cambia radicalmente en la milésima de segundo en que pestañea. Lo que sucede en verdad es que intenta evadir realidades, así que trata de demostrarse que es imposible convertir fantasías en algo más que simples utopías vacías. Realmente es una cobarde, por eso necesita un señor Dufayel en la escalera de al lado que le diga que se olvide de estratagemas innecesarias, porque da igual tener los ojos abiertos o cerrados cuando todo se corresponde y cuando lo único que queda es actuar.

martes, 15 de febrero de 2011

Luces de neón

Mientras propones un panteísmo absurdo, donde todo es nada y nada es todo, todos oyen sólo lo que quieren escuchar. ¿No ves que nadie hace preguntas sin respuesta? Dices que las Musas se han muerto, o que las has matado tú, igual que Nietzsche a Dios. Tal vez es cierto y por eso nadie es capaz ya de escribir poemas épicos acerca de odiseas sin sentido en noches de sábado. Y sin embargo las luces siguen siendo igual de brillantes.