domingo, 13 de mayo de 2012
Ante scriptum
Hubiera querido escribírte a ti, pero un día más no estás en ningún lado, y nadie ha creado un cartero de desaparecidos del mismo modo que Franz Kafka creó una vez un cartero de muñecas. Te hubiese escrito sobre deseos de domingo que se quedan en huecos en el estómago, sobre días cuadriculadamente caóticos hasta que se queda la nada en ellos, sobre lo insignificante que se siente una cuando se da cuenta de que existen cosas más allá del yo, del poco tiempo que me queda ya para seguir esperando. Y ahora sólo queda el pensar por qué no has aparecido aún, por qué voy a tener que conformarme con cosas mejores cuando prefiero la sencillez de lo raro. Nunca creí que llegase el día en que el viento se llevase lo escrito de la misma forma que lo hablado, en el que el "verba volant, scripta manent" ya no siga siendo válido. Hubiera querido escribirte antes que el viento terminase llevándome a mí.