Llegó el momento de un final tajante, un hasta siempre
ahora, después de tantos meses, después de una despedida silenciosa con un
cigarro en la ventana. Nuestra casa se ha vuelto cajas hoy. Ya no es nuestra. Ya
no es de nadie. Se ha vuelto maletas, tazas, zapatos, recuerdos, tristeza y abandono. Y por encima de todo nostalgia.
Llegó el momento de un final anexo a una vida que sigue…siempre.
Llegó el momento de un final anexo a una vida que sigue…siempre.