Hoy apenas puedo recordar con qué canción o con qué olor empezó el año. Supongo que mis neuronas estaban demasiado cansadas como para capturar cualquier sonido o cualquier aroma. Fue como si no hubiese pasado nada, hasta que empezó a sonar After hours. Sucedió días después, empezó a sonar mientras veía una película que hablaba de sueños y que me hizo pensar en todas las cosas que fueron, que no sé si están siendo y que tal vez serán. Entonces empecé a desear con más intensidad las conversaciones, la nieve, el verano, las vacaciones, las sorpresas, las posibilidades, los futuros, las guitarras, los pianos, los días, las noches, los espaguetis con nata, el vino... Y volví a recordar una retahíla de imágenes inconexas: rarezas, calles vacías, humor negro, zapatos marrones, Lou Reed, Maureen Tucker, luces en la ventana, aquel portal y las 2 de la madrugada.
...If you close the door
the night could last forever
Leave the sunshine out
and say hello to never...