Mientras propones un panteísmo absurdo, donde todo es nada y nada es todo, todos oyen sólo lo que quieren escuchar. ¿No ves que nadie hace preguntas sin respuesta? Dices que las Musas se han muerto, o que las has matado tú, igual que Nietzsche a Dios. Tal vez es cierto y por eso nadie es capaz ya de escribir poemas épicos acerca de odiseas sin sentido en noches de sábado. Y sin embargo las luces siguen siendo igual de brillantes.