jueves, 9 de agosto de 2012

Extravíos

Siempre ha pensado que la vida entera es poesía, y aún así le duele un poco no formar parte del "pero a veces sonríes y te extravías en ti misma" de Antonio Gamoneda. Días poéticos después, poesías diarias después, en medio del calor sofocante de agosto, empezó a trastocar significados de palabras demasiado comunes como para ser propias de realidades idílicas, fruto de la deshidratación o del ver que la poesía más extraordinaria sale de mundanos Florentinos Ariza decrépitos. Así que, extraviada en la mentira de un eterno después que se convierte en antes con sólo pestañear, mezcló caminos con máquinas del tiempo. Lugares y épocas. Estaciones. En la mentira de un siempre o un jamás que suelen quedarse a medio camino entre el demasiado pronto o demasiado tarde. En el espacio vacío que queda en medio de dos pasos. Con la ventaja de que ningún mapa señala el camino de infinitos cortados por transversales oblicuas que no van más allá de diez metros cuadrados de parqué.

...Dijiste hace años: En el fondo soy un asunto de luz...
G. Seferis